Esta nueva versión de El Heraldo Liberal analizará desde un punto de vista liberal todo lo relacionado con la situación micronacional de Hispanova y sus Estados federados. Propiedad de Carmichael Journal Ltd., El Heraldo Liberal es un producto registrado de Carmichael Media Group.


domingo, 1 de diciembre de 2013

CMG adquiere La Gaceta Sureña

Ayer, día 30 de noviembre de 2013, durante un encuentro amistoso entre Aldo Carmichael y Juan Carlos Valls O’Donnell, el segundo sugirió la integración de La Gaceta Sureña en el conglomerado periodístico de Carmichael Media Group, empresa que el liberal hispanovita fundara el 20 de octubre de 2012 para distribuir y publicar El Heraldo Liberal.

Valls pretende centrarse en la política de Hispanova y considera que transferir La Gaceta Sureña al control de Carmichael Media Group impedirá cualquier posible inactividad en el futuro.

La adquisición del famoso periódico digital que destapó la identidad de “El Cuervo” se ha formalizado hoy, 1 de diciembre de 2013, con su compra por parte de Carmichael Journal Ltd., la subsidiaria que edita El Heraldo Liberal. Además, será Carmichael Publishing Ltd. la empresa encargada de la publicación de La Gaceta en futuras entregas.

Juan Carlos Valls continuará como editor del periódico, y El Heraldo y La Gaceta pasan a ser oficialmente hermanos tras años de colaboración. 

domingo, 3 de noviembre de 2013

Físicas, serias y lúdicas

Las micronaciones filosóficamente sanas tienen tres características esenciales: son físicas, son serias y son lúdicas.

El “fisiquismo” viene a ser la conclusión a la que se llega cuando queda superada la dicotomía somatismo-digitalismo. Cuando un micronacionalista aplica coherentemente el principio de Objetividad, se percata de que una micronación digital es un atentado filosófico en toda regla.

Sí, seguro que es legítimo decir “mi micronación es digital y no podéis privarme de mi derecho a establecerla”, pero todo el mundo comprenderá que una micronación asentada en un continente imaginario con habitantes imaginarios y políticas imaginarias, todo ello dependiente del arbitrio de una sola mente sentada frente a un ordenador, es una burda violación de dos principios: el de Objetividad y el de Honestidad. ¿Cómo podemos tomar como empíricos y fiables los datos de una micronación que depende por completo del botón de “reeditar” de una única persona?

La seriedad de una micronación es imprescindible pues es también consecuencia de la aplicación correcta del principio de Objetividad. Cuando llevas adelante un proyecto como éste, es fundamental tratarlo como se merece, y considerarlo como un fenómeno objetivo sujeto al estudio de las Ciencias Sociales. Cuando una micronación no es seria (cuando por ejemplo es digital), la Objetividad y la Honestidad quedan desplazadas por el estado de ánimo de quienquiera que controle la micronación cómodamente desde su conexión a Internet.

El aspecto lúdico de una micronación no anula, como cabría imaginarse en un primer momento, su seriedad. Una micronación no es un proyecto que se haga a desgana o por obligación, como ya señaló Juan Carlos Valls Vandoma. El proyecto micronacional es fruto del placer, de la voluntad creadora de sus promotores. Negar su aspecto lúdico es negar nuestro derecho a disfrutar de nuestra producción. 

sábado, 20 de octubre de 2012

Principios del liberalismo micronacionalista

Objetividad. No se puede ser fiel a uno mismo en una realidad subjetiva. Los principios éticos, morales e ideológicos deben extraerse de la objetividad.

Honestidad. La honestidad no es lealtad a principios subjetivos y cambiantes, sino lealtad a la realidad objetiva, en todo momento.  

Moralidad. El ser humano es un ser de conciencia volitiva y por tanto libre albedrío, por lo que su supervivencia depende de la toma de decisiones conscientes. El criterio para juzgar qué decidir en cada momento es la moralidad.

Libertad. El ser humano, cuya existencia depende de la toma de decisiones, debe ser libre para perseguir sus propios valores morales, siempre que estos no comprometan la libertad de los demás.

Derechos. Los derechos son sanciones morales que permiten a cada individuo perseguir sus propios valores y tomar decisiones vitales sin interferencias por parte de otros individuos. Dado que el ser humano no puede sobrevivir sin la moralidad adecuada, tampoco una sociedad puede mantenerse sana si no reconoce el principio de los derechos individuales.

Isonomía. Los seres humanos somos iguales en tanto que somos seres de conciencia volitiva y beneficiarios de libre albedrío. La igualdad ante la ley debe ser pilar irrenunciable del sistema político.

Productividad. El ser humano debe ser productivo para sobrevivir y debe tener derecho a disfrutar de su producción. Las leyes deben proteger este derecho reconociendo la propiedad privada e impidiendo cualquier forma de robo y esclavitud.

Libre mercado. Del mismo modo en que los hombres tienen prohibido robar y privar de su libertad a otros hombres, la sociedad no puede arrogarse el “derecho” de hacer aquello cuyos miembros tienen prohibido individualmente. El estado no puede apropiarse de la producción de sus ciudadanos sin su consentimiento, y tampoco puede poner trabas a sus relaciones comerciales porque ello sería privarlos de su libertad de decisión.

Soberanía de la ley. La ley debe proteger los derechos y libertades de cada individuo. Las normas constitucionales deben establecer claramente los principios éticos que la mayoría democrática no puede alterar.